La Policía Nacional ha desalojado a los más de treinta rumanos que habitaban desde hace varias semanas los hangares abandonados en el camino Lobón, después de que el pasado sábado uno de sus tres propietarios denunciase la usurpación del domicilio, según informó el inspector, Juan Manuel López. Tras precintar las naves, agentes del cuerpo patrullarán la zona para evitar que se produzcan nuevos asentamientos como el ya desmantelado.

Desde la delegación de Asuntos Sociales, en colaboración con las Consejerías de Bienestar Social y Sanidad, se les ofreció a los rumanos la red de centros de acogida de la Junta, pero éstos -entre los que se encontraban varios menores- decidieron no usarla y valerse de sus propios medios.

Según explicó la delegada municipal de Asuntos Sociales, Vito Fernández, se trata de un grupo de la etnia gitana procedente de Rumanía que han elegido esta forma de vida. Fernández apuntó que "si estas personas viven en la mendicidad es porque quieren, ya que tiene un domicilio en Jerez de la Frontera, a donde han asegurado que van a volver".

CRITICAS

La delegada también criticó a miembros del Centro de Salud de Almendralejo que llevaron comida y ropa a los rumanos. "Estas recolectas no favorecen, lo que hay que hacer es avisar a las autoridades", concluyó.

Por su parte, el líder de la oposición, el popular Francisco Javier Fernández, tachó la actitud del ayuntamiento de "apática y muestra la desidia del equipo de gobierno hacia los problemas sociales".

Finalmente, desde el ayuntamiento se ha alcanzado un acuerdo con la Policía Local, Nacional y Guardia Civil para llevar a cabo un plan de coordinación con el fin de trabajar juntos en la prevención de los problemas que la llegada masiva de temporeros del Este pueda causar al municipio.