Ecologistas de Extremadura interpone una denuncia en la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente de la Junta de Extremadura y del Servicio de Proteción a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil por el arranque de 200 alcornoques en la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) dehesas de Jerez de los Caballeros. Según informa la agencia Europa Press, la organización califica el arranque de "atentado ecológico" contra esta zona, y señala que "podrían ser obra del grupo industrial Alfonso Gallardo". Desde la asociación conservacionista, lo sucedido podrían constituir infracción a la normativa ambiental "dado que afectan a especies y espacios supuestamente protegidos por las leyes", ya que el arranque se ha situado en la zona conocida como la Bóveda, en la que se situaba una antigua mina que tras muchos años de abandono había sido poblada de vegetación y constituía el refugio para mucha fauna protegida. Por todo ello, Ecologistas de Extremadura alerta de que este arranque de alcornoques, "muchos de ellos centenarios", se ha llevado a cabo a través de importantes movimientos de tierra con maquinaria pesada con ensanche de una pista que antes medía 5 metros de anchura y que en la actualidad alcanza anchuras de 10 metros y en algunos puntos incluso 12 metros, eliminando por ello mucha vegetación autóctona. También se han creado amplias explanadas y un gran terraplén, debajo del cual la organización ecologista reclama que "se aclare si se han depositado residuos procedentes de la Siderúrgica Balboa". Asimismo, la organización siente que la pista construida era previamente un sendero señalizado para practicar turismo de naturaleza, y en su adecuación se emplearon fondos públicos tal y como se puede ver aún hoy en día por un cartel que lo indica, por lo que considera que "esta actividad privada ha perjudicado inversiones públicas sin que al parecer las administraciones ambientales hayan hecho nada para evitarlo". Finalmente, se califica de "muy grave" que "se estén depositando en el lugar residuos contaminantes, escorias al parecer procedentes de la siderúrgica Balboa, y aceite de motor de maquinaria recientemente vertido en terreno sin impermeabilización ninguna, todo ello con un evidente riesgo de contaminación de acuíferos y cauces".