Mucha alteración se vivió ayer en el pleno en Villanueva, en un continuo cruce de acusaciones entre PSOE y el PP. Todo comenzó con los reproches que lanzaron los populares acusando al gobierno local de haber hecho una "inversión innecesaria y excesiva" en el nuevo salón de plenos, remodelado en los últimos meses con un gasto de unos 170.000 euros (obra, mobiliario ycubierta) con cargo al segundo Plan E.

Pero antes, y nada más entrar, los populares cogieron los cinco portátiles destinados a su grupo (uno por concejal que pueden llevarse a casa) y lo devolvieron a la presidencia. Ante este gesto, el alcalde Miguel Angel Gallardo, explicó: "A través de su instalación, ponemos en marcha lo que la ley nos va a obligar en poco tiempo, que es la administración electrónica, y que permitirá el ahorro y la optimización de recursos, ya que los expedientes se podrán visualizar a través del ordenador. Con esta actuación, el PP demuestra que es un grupo que trabaja en analógico".

Por su parte, los populares insistieron en que el gasto "es innecesario. Cada edil socialista ya tiene un ordenador en el despacho y con el dinero de la reforma podrían haberse hecho, por ejemplo, tres casas de 60.000 euros, cubrir 20 subsidios de desempleo o pagar 20 pensiones. Hay más de 3.000 parados en Villanueva y 400 familias que necesitan ayuda alimentaria".

Las críticas no quedaron ahí, pues recordaron que habían pedido que "todos los concejales, con nosotros a la cabeza, renunciemos a las asignaciones por comisiones y plenos. También, hemos querido que se reduzca en un 15% los sueldos del gobierno, y no se ha hecho. Y ahora nos encontramos con esta osadía".

Avanzado el pleno, y cuando parecía que atrás quedaban los reproches, en el turno de ruegos y preguntas surgió el mayor enfrentamiento, cuando el alcalde y el edil del PP Guillermo Borrallo, entretaron en cuestiones personales. Según dieron a entender los socialistas, uno de los populares (sin aludir a nadie) tenía una supuesta deuda con la Seguridad Social. En ese momento, Borrallo saltó asegurando: "Sí existe esa deuda, pero la estoy pagando", e instó a Gallardo a "regresar a la fábrica de tomates en la que trabajaba, donde cobraba mucho menos de lo que cobra ahora". Quiso seguir hablando pero le retiraron la palabra, aunque las acusaciones seguían sin micrófono abierto. Al final, Borrallo fue desalojado por la policía local y todos los populares le acompañaron.