Los arquitectos José Morales Sánchez y Sara de Giles Dubois serán los encargados de diseñar la futura hospedería de Fregenal de la Sierra, después de hacerse con el concurso convocado por la Junta de Extremadura para la definición del proyecto. Cuando esté terminada, ocupará toda la manzana donde se encuentra ubicado el colegio y la iglesia de los Jesuitas, un edificio que data aproximadamente del año 1.600. El establecimiento contará con 40 habitaciones para una capacidad de 80 personas, repartidas en 36 habitaciones dobles, otras dos dobles con salón y dos más adaptadas para personas con movilidad reducida. También contará con zonas comunes, salones sociales, salón de celebraciones, restaurante, salón de usos múltiples, spa y piscina.

El jurado del concurso, presidido por Ana María Parralejo Sánchez, directora general de Turismo de la Consejería de Cultura y Turismo, ha seleccionado el proyecto de estos dos arquitectos, presentado bajo el título ´Patrimonio interior´, de entre las 90 propuestas presentadas procedentes de toda España. La decisión se tomó hace unos días tras una reunión en Mérida.

El edificio que ocupará la hospedería posee unos extraordinarios valores históricos y arquitectónicos que se pretenden conservar y potenciar con la construcción del establecimiento turístico.

DIALOGO HISTORICO El jurado destacó el acertado diálogo con el contexto histórico y el respetuoso tratamiento de lo existente, ya que presenta una sutil adecuación al clima y al entorno de Fregenal de la Sierra e incorpora atmósferas de luz, paisajes, velos y tamices a través de arquitecturas de patios, jardines, galerías y celosías, según indica la Junta.

Los jueces añaden que existe una inteligente articulación de espacios en torno al patio central y la iglesia y el colegio de los Jesuitas, que ordenan el programa solicitado con fluidez y flexibilidad, y se valora igualmente la inteligente estructuración en sección de los niveles de hospedaje y servicios, en armonía con los ambientes externos propuestos, creando extraordinarios espacios intermedios. Hay un delicado tratamiento de materiales y de la naturaleza que se incorporan al proyecto.

La propuesta seleccionada plantea un gran espacio que reúna los edificios patrimoniales que se rehabilitan, así como la ampliación de las habitaciones que se necesitan, y que fundamentalmente se desarrollan hacia la calle Bravo Murillo. Se descubre un gran espacio fresco en verano y coloreado en primavera y en invierno, tamizado por una cubierta que deja pasar tanto a la vegetación, que crece del suelo, como el sol y el aire que se filtra a través de ella.