Un total de 600 animales llega de media anualmente al Centro de Recuperación de Fauna Salvaje Amus de Villafranca de los Barros (Badajoz) y el 57% logra finalmente se liberado de nuevo a la naturaleza.

Lo que comenzó como proyecto base en un programa de cría en cautividad con el aguilucho cenizo en 1995, se ha convertido en un centro en el que las aves entran al fondo de un gran solar lleno de plantas y árboles, donde se sitúa el módulo de hospitalización para, posteriormente, a medida que se van recuperando del daño físico por el que han entrado, ir saliendo a la naturaleza, hasta que las especies son completamente liberadas.

Para evitar la pérdida de especies, muchas amenazadas por la escasez de sus poblaciones, dos jóvenes villafranqueños titulados en Educación Física y musical se propusieron hace quince años echar a anchar hacia un sueño: crear un lugar donde recibir ejemplares enfermos, tratarlos clínicamente y desarrollar el proceso necesario de recuperación para su posterior liberación, ha informado el Centro.

El Centro de Recuperación de Fauna Salvaje está situado en un jardín visitado por expertos botánicos para conseguir semillas específicas de la zona.

No es ahí donde se recrea el hábitat natural de las especies sino que, hasta que éstas se liberan, han de soportar la cautividad en distintos módulos para poder recuperarse.

En jornadas de 09.00 a 14.00, y de 16.00 a 20.00, "a veces más", asegura Patricia, una bióloga de León que, con un grupo de jóvenes voluntarios, desarrolla las actividades necesarias para procurar a los animales una vida mejor a la que tendrían de no existir Amus y estando dañados por armas de fuego en temporada de caza, tendidos eléctricos y tráfico rodado, entre otras circunstancias.

Aitor, un valenciano de prácticas en Amus durante quince días, como Patricia y Guadalupe, otra veterinaria originaria de Zafra que también pasa quince días en el centro, se queja como sus compañeros de que en las facultades no se enseñe lo que están aprendiendo en Amus. "Allí solo nos enseñan a engordar cerdos y vacas", dice Guadalupe, una de las alumnas.

"Estamos como en un 75% de la idea original. Aún nos quedan muchas cosas por hacer", ha comentado a su vez Alvaro, que destaca lo avanzado de las obras de un nuevo módulo que estará finalizado y listo para que a finales de septiembre un grupo de tutores críen aves rapaces diurnas irrecuperables.

En marzo del 2011 tendrán abierto el módulo de aves acuáticas, con el cual se espera tener pronto una enfermería nueva y mantendrán la campaña de apadrinamiento de aves mediante la que una persona puede encargarse de los gastos de recuperación de los animales.

Según Alvaro este centro tiene cualidades que no tienen otros, "algo que le da un valor ético añadido". Se trata de la utilización de ejemplares irrecuperables como "madres adoptivas".