Si los franceses suelen tener en un pedestal a su admirado Napoleón Bonaparte, Extremadura también puede presumir ya de tener al suyo propio o, por lo menos, al heredero de su espíritu: Alonso González.

Aunque actualmente vive en la ciudad francesa de Montauban, donde se casó con una rondeña y tuvo a sus seis hijos, nació hace 85 años en el municipio pacense de Talavera la Real. Desde muy temprana edad se caracterizó por su precocidad, no obstante, ha sido su espíritu de lucha en la defensa de sus ideales el que no ha pasado desapercibido en el país galo. Por ello, a finales del pasado año, Alonso González recibió la insignia de la Orden de Caballeros de la Legión de Honor, una institución fundada en 1802 por Napoleón, y que distingue a las personalidades que han colaborado en hechos importantes para el Estado francés.

Con 15 años, Alonso abrió una peluquería en su pueblo natal y allí es donde le sorprendió la Guerra Civil. Ferviente republicano, luchó contra las tropas franquistas en los frentes de Medellín y las Vegas Altas, donde en la actualidad tiene descendencia, pero fue en la plaza de toros de Badajoz donde éste fue salvado in extremis de ser fusilado. Además, también formó parte de las Brigadas Internacionales.

En 1939 atravesó los Pirineos y recaló en Francia, donde participó en la resistencia contra los alemanes en la II Guerra Mundial. Llegó a ser capitán del ejército francés, y por su labor recibió incluso una carta de agradecimiento del presidente De Gaulle.

La distinción de la Orden de Caballeros, supone la guinda a una vida marcada por la resistencia y el trabajo, ya que en Mountaban este extremeño también abrió dos peluquerías, y antes de jubilarse montó una fábrica de pinturas. Todos los veranos suele regresar a Extremadura, recalando en su Talavera natal y en Mérida y en Don Benito, donde aún conserva familia.