Eduardo Naranjo se ha mostrado «muy agradecido» por el reconocimiento a su trayectoria con una plaza alegórica a su figura y a su obra, que el ayuntamiento hará entre las calles Libertad y Cervantes. Acaban de comenzar las obras y será realidad en meses.

Naranjo, que ya posee una calle en su localidad, ha expresado su «satisfacción» por este detalle, «colofón» al reconocimiento de Monesterio hacia su persona. Otra cosa, dice el artista, es el importante proyecto para la instalación de una fundación museo en la localidad, empeño, en el que trabaja el ayuntamiento con otras instituciones y él mismo.

Naranjo, que a diferencia de otros artistas posee en propiedad mucha obra de sus distintas etapas, quiere que estos fondos se exhiban en su localidad. «Sería un motivo muy interesante para la visita de los seguidores de mi obra», manifiesta, sabedor de la situación económica; causa por la que el proyecto está estacionado a falta de financiación. No obstante, considera el proyecto una «idea extraordinaria». Es más, imagina su fundación en Monesterio y no en Madrid.

Mientras se fragua este importantísimo proyecto, el pintor se siente muy «gratificado» por la creación de este espacio urbano dedicado a su obra. «Un bello símbolo de la pasión de mi vida para que la gente recuerde ese amor que pongo al interpretar la vid». La plaza la diseño su hijo, arquitecto, conocedor de su obra.