El nuevo viaducto de Castilblanco, situado en la carretera N-502 sobre el río Guadiana a la altura del embalse de García Sola, abrirá al tráfico el próximo 22 de diciembre, tal y como ha confirmado hoy la delegada del Gobierno, Cristina Herrera, a todos los alcaldes de la zona.

Las obras de emergencia, con un coste de casi 10 millones de euros, se han realizado en un tiempo récord con el objetivo de cubrir las necesidades de los ciudadanos y garantizar su seguridad.

Se trata de una infraestructura que une los municipios de Herrera del Duque y Castilblanco, y que vertebra la comarca del este de la región, principalmente los municipios de Herrera del Duque, Castilblanco, Valdecaballeros, Fuenlabrada de los Montes y Helechosa de los Montes.

Una vez abierto al público, de forma simultánea se cerrará definitivamente a la circulación el antiguo puente existente, con lo que finalizará la actual prohibición que impedía el tránsito de los vehículos con peso superior a 3.900 kilogramos.

En abril de 2015, los Servicios Centrales de la Dirección General de Carreteras, tras una inspección de la infraestructura, emitieron un informe en el que alertaba de la mala situación en la que se encontraba el viaducto, por lo que desde la Demarcación de Carreteras del Estado se decidió restringir el tráfico a vehículos con un peso superior a 3.500 kilogramos.

Esta medida entró en vigor en el mes de mayo, restringiendo el tráfico de mercancías pesadas a lo largo de ese trayecto de la N-502.

Finalmente, para permitir el tránsito de los microbuses escolares para facilitar que los niños de los diferentes municipios afectados pudieran asistir al colegio, se incrementó ese límite hasta los 3.900 kilogramos.

El Consejo de Ministros del 30 de octubre de 2015 aprobó las actuaciones de emergencia para la construcción del nuevo viaducto de Castilblanco sobre el embalse García de Sola.

A cargo de la empresa Ferrovial, el nuevo viaducto de Castilblanco tiene ahora una longitud de 437,50 metros repartida en 10 vanos de 43,75 m de luz, que se apoyan en nueve pilas-pilote y sus dos estribos.

Las pilas-pilote están compuestas cada una de ellas por dos fustes de 1.800 mm de diámetro de hormigón armado que se empotran directamente sobre el estrato rocoso existente bajo los depósitos aluviales del río, disponiendo de una camisa de chapa de acero que sirve de encofrado.

Los estribos son también de hormigón armado y se cimentan directamente sobre la roca presente en las laderas.