Hace solo unos días se acostó rodeado de mi madre, de al menos 3 de mis tíos y algunos de mis hermanos, que estaban en su casa como casi siempre, y se quedó dormido para siempre», manifestó Francisco Manuel Muñoz Carvajal, hijo de Narciso Cavajal, dueño del bar España, una institución en Ribera del Fresno.

La noche del sábado, 21 de abril, decía adiós tras más de 40 años al frente del bar España, Narciso Carvajal Jiménez, a los 92 años. El funeral se celebró el lunes siguiente, a las 17.30 horas, en la parroquia de Nuestra Señora de Gracia.

Narciso Carvajal había nacido el 15 de septiembre de 1925 en Ribera del Fresno, en plenas fiestas del patrón ribereño, el Cristo de las Misericordias. Hijo de Narciso Carvajal y Piedad Jiménez, era el pequeño de tres hermanos, Carmen, Juan y Narciso. A la edad de 6 años quedó huérfano de padre, lo que le obligaría, junto a su hermano Juan, a hacerse cargo de las tierras de su padre y del sustento de su madre y hermana.

Siempre trabajó muy duro en el campo, labores que compaginó con su gran afición, la cocina.

CASADO CON ASCENSIÓN / Por el año 55, ya casado con Ascensión Vázquez Alba, empezó ayudando a su suegro, Francisco Vázquez (más conocido como Papa Kiko), en el Casino. Más tarde se haría cargo del negocio, regentando el bar la Cueva, entonces situado en la actual tienda de la familia Castillo Mancera, negocio que le permitió comprar su actual casa, donde estuvo el resto de su vida laboral hasta su jubilación.

Aunque jubilado y todo, Narciso Carvajal jamás dejó de ir al campo, y a su corralón, para cuidar de sus animales, hasta hace unos escasos siete u ocho años.

Su bar fue el lugar donde paraba el autobús, y por lo tanto sitio de encuentros, de reuniones para muchos ribereños. Se dedicó a la hostelería durante más de 40 años.

Tuvo 8 hijos, 16 nietos y 13 bisnietos. «Si te contara, no acabaría; fue moderno para su época, siempre apoyó a sus hijos, fuesen cuales fuesen sus proyectos, tolerante, jamás le importó la manera de ser de cada uno de nosotros, jamás tuvo un mal gesto ni un solo enfado con sus hijos o sus nietos», manifestó su Francisco.