Enclavada en uno de los márgenes de la carretera Don Benito-Villanueva, la emblemática Harinera del Arroyo del Campo se ha quedado prácticamente aislada con las últimas actuaciones realizadas en sus alrededores.

Si a un lado se están acometiendo ahora las obras de acondicionamiento del cauce del propio arroyo, que incluye la creación de una zona verde y de ocio, al otro acecha el entramado urbano de un residencial y un parque comercial recién construidos.

Su situación en tierra de nadie ya ha empezado a levantar las primeras reacciones, que avisan del peligro de desaparición que corre uno de los pocos edificios de arquitectura industrial que existen en Don Benito y que data de finales del siglo XIX.

Tal es el caso del estudioso de la arquitectura local, Andrés Retamal, que considera que esta fábrica electro-harinera es "uno de los edificios a recuperar por la administración local por su valor histórico, ya que además podría utilizarse como sede de un centro cultural y cívico".

EDIFICIO PIONERO

Retamal estima que fue esta fábrica, construida por el maestro Félix González, la primera que trajo la luz a Don Benito, y uno de los primeros edificios de la localidad que utilizó el hierro fundido para hacer su estructura, tanto en los puntales como en las vigas. La misma se dedicaba a producir electricidad con leña y motores de aceite, entre otras variadas actividades, como la elaboración de harina y pan.

A pesar del tiempo que ha pasado desde su construcción, ésta "tiene suficiente calidad estructural para ser rehabilitada", según Retamal.

El problema reside en que la fábrica pertenece al empresario local Pedro Dueñas, y aunque el consistorio ha mantenido contactos en la última legislatura para tantear una posible compra, las pretensiones del dueño eran casi prohibitivas, lo que nubla más el futuro de la harinera.