Con su espigada figura y el semblante serio pero cercano, Alejandro Talavante saltó ayer al ruedo de la plaza de Olivenza aclamado por más de 2.000 escolares que acudieron a verlo tentar procedentes de 21 centros de la provincia. Todo un espectáculo para los pequeños que aclamaban a gritos el nombre del torero y que pudieron verlo recibir a la primera vaquilla a porta gayola y cómo el animal casi lo salta con su joven bravura, que se fue amansando a medida que el picador hacía de las suyas. Detrás de las tablas, Enrique Romero iba describiendo micrófono en mano cómo se lucía el torero con el capote, con verónicas y chicuelinas, al natural, toreando con la mano izquierda, sin moverse, con pases de pecho, "gustándose".

Antes de entrar, el maestro destacó la importancia de un encuentro como éste, "y que los niños tengan opción, con lo caro que es este espectáculo, de poder ver algo en directo así y hacerlo con todos sus compañeros y amigos". Pues a Talavante no le cabían dudas de que iba a ser "una experiencia inolvidable".

Era la primera vez que protagonizaba esta actividad con escolares. Su misión consistía en "torear las vacas lo mejor que pueda y que ellos se entretengan, les parezca amena la faena y sobre todo que transmita, porque el toreo transmite, da igual la edad que uno tenga". Talavante tuvo su primer encuentro con los toros a los 10 años en la Escuela de Tauromaquia. El ya lo buscaba porque tenía afición, pero aquello supuso "una escuela de vida". No tenía antecedentes taurinos en su familia "y me surgió como le puede surgir a cualquiera de los niños que están aquí, de la nada".

En la faena de ayer lo acompañaron los alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Badajoz Alejandro Rivero (Alburquerque), Carlos Domínguez (Badajoz), Antonio Pintiado (Badajoz), Iván Valares (Miajadas), Antonio Medina (Zafra) e Ismael Jiménez (Badajoz). Todos ellos pedían permiso al maestro antes de saltar al ruedo a lucirse.

Se trataba de conquistar a las nuevas generaciones, en un momento de transición de la afición a los toros. "La política influye mucho --señaló el torero-- incluso las aficiones de las masas, no cabe duda de que es un espectáculo que reúne todos los valores que le gustaría tener a un hombre, sin embargo sufre muchos ataques por el hecho políticio e incluso por quererlo a arrinconar a una especie de movimiento de derechas y yo creo que el toreo está por encima de eso", defendió y remató la faena: "yo no soy de derechas y soy el primero que lo defiendo".