La Guardia Civil ha inculpado a tres personas, en calidad de investigadas, por el envío irregular de 21 canes desde la perrera de Olivenza (Badajoz) a Hungría, hallados en mal estado.

En el marco de la operación Beagle, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Badajoz procedieron el pasado mes de febrero a identificar a los ocupantes de una furgoneta y a revisar su transporte de perros.

Los canes estaban en "malas condiciones" y, además, se detectó la carencia del documento Traces, obligatorio para el movimiento intracomunitario.

"La existencia de perros con extremada delgadez y con heridas abiertas en diferentes partes corporales evidenció que los cánidos no recibieron los oportunos tratamientos médicos durante su estancia en la perrera de Olivenza", ha indicado la Guardia Civil.

Además, sólo 15 de ellos tenían al pasaporte de animales de compañía.

En los documentos de los animales que sí lo tenía se observaron deficiencias "significativas" respecto a la legalidad de su expedición, según las mismas fuentes.

Así, algunos de los animales no permanecieron en las instalaciones el tiempo estipulado de 20 días de cuarentena.

Ante este cúmulo de irregularidades, se procedió al comiso de los 21 perros y a la instrucción de diligencias por la presunta comisión de delitos de maltrato sobre animales domésticos y falsedad documental.

El informe clínico emitido por el veterinario avaló que las lesiones de los perros no se habían tratado en mucho tiempo.

La Guardia Civil inculpó a la arrendataria del establecimiento y a la persona que redactó los documentos por la supuesta participación de ambos en estos hechos.

En fecha posterior también fue inculpada la persona promotora de la salida de los canes.

De forma paralela, la toma de declaraciones a ciudadanos húngaros miembros de la protectora animalista Szent Ferenc constató que no tenían responsabilidad penal en los hechos.