Tensa espera en Casas de Miravete. Desde la tarde noche del pasado viernes, los poco más de 150 habitantes del municipio viven con el alma en vilo y sin parar de caminar por el monte buscando a Julián Vega, un vecino de 83 años del municipio del que hace más de tres días no saben nada.

"Salió después de comer, como hacía cada día... Yo bajé tres veces a buscarle...", comenta con nervios y preocupación oprimida Irene, su esposa, quien espera en su casa, convertida en el centro de las labores de búsqueda y por donde se pasan vecinos y medios de comunicación para saber las últimas noticias. Pero no hay noticia.

No hay nada. Ni un rastro. Ni una señal. Ni un indicio. "Necesitamos un indicio, su bastón, algo", decía ayer José García, alcalde de Casas de Miravete, a algunos guardias civiles que llegaban al pueblo después de una mañana de rastreo.

Tras un fin de semana en el que muchos visitantes que estaban en el pueblo ayudaron en la búsqueda, el operativo que trabaja actualmente está formado por unas 150 personas que aseguran que han mirado por todos lados. Siete patrullas de la Guardia Civil de Almaraz, Casatejada y Deleitosa, tres perros especializados de este mismo cuerpo de seguridad, personal forestal y de los retenes del Parque Nacional de Monfragüe (parte del término municipal de Casas de Miravete está dentro del Parque), otros del Plan de Infoex y vecinos del municipio y de la localidad de Romangordo no paran. "Tenemos que seguir", comentan mientras barajan cualquier hipótesis posible. La falta de información hace que no se descarte cualquier posibilidad.

Julián fue visto por última vez a unos 500 metros del pueblo en la carretera que une Casas de Miravete con la autovía A-5. Eran las 20.15 horas del día 15, y caminaba despacio y encorvado apoyado en su bastón.