Unos 70 niños de entre 3 y 14 años han disfrutado del campamento urbano que se ha llevado a cabo en Trujillo durante la primera quincena de julio. El próximo lunes, otros 60 chavales compartirán juegos y risas con los compañeros hasta el 31 de julio. Se trata de actividades organizadas por el ayuntamiento de la ciudad, y gestionadas por la empresa cacereña Pebetero. Esta primera fase ha sido calificada por sus monitores como «un verdadero éxito». Así lo ha afirmado Javier Domínguez, coordinador de campamentos urbanos en la región, quien reconoce que ha tenido «incluso una acogida mayor de la esperada». A las actividades acuáticas diarias en la piscina municipal se han unido otras como juegos deportivos y talleres de manualidades consistentes en la creación de un mural colectivo, carnets identificativos personales, bolas de arroz, etcétera. La última jornada, celebrada ayer, concluyó con una fiesta de la espuma y varios hinchables, que darán paso a una nueva fase «en la que algunos de los chavales repiten». En esta nueva ocasión, hay programadas además varias actividades culturales como son la visita al museo etnográfico de Huertas de Ánimas, talleres de teatro y de baile «para que además de ser un campamento lúdico, también lo sea educativo y cultural», asegura Javier Domínguez. El precio por participación de cada niño es de 25 euros. Aún está por determinar si habrá continuidad durante agosto «según la demanda que haya», ha puntualizado.

Según el concejal de Juventud, Rafael Rebollo, los padres «nos han felicitado ya que han quedado muy satisfechos» con la nueva organización de los campamentos. Prueba de ello, es que se ha pasado de contar con unos 30 niños en ediciones anteriores a duplicar la cifra, ha dicho.