A la población de Abertura se la puede considerar como el paraíso fiscal de la comarca de Trujillo debido a que sus vecinos no tienen que pagar ningún impuesto municipal, según fuentes del propio ayuntamiento de la localidad. Las únicas tasas que se gravan son las que vienen fijadas por la administración central, como son el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), urbano y rural, y el de circulación de vehículos de tracción motora.

Por tanto, el consistorio paga el resto de servicios, sin aportación ciudadana. Algunos de ellos son recogida de basura, que tiene un coste de 12.000 euros al año, ayuda a domicilio, presupuestado en unos 6.000 euros o alcantarillado e iluminación, valorado en 12.000 euros. Tampoco se grava la ocupación de vía por obra o por terrazas de cualquier establecimiento hostelero, ni el servicio de mantenimiento del cementerio. En este caso solamente se cobra 180 euros por la compra vitalicia del nicho.

Para sufragar todos los gastos del municipio, el ayuntamiento cuenta con un presupuesto de unos 300.000 euros "y ese dinero nos da para todo porque tenemos las necesidades cubiertas", afirmó el alcalde Maximiliano Sedano. Además, cada familia recibe al año una suerte de labor de media hectárea de terrenos municipales. La filosofía del primer edil de la localidad cacereña, que lleva cinco legislaturas gobernando, es que "preferimos que el pueblo sea rico y que la administración esté justa".