Estoy haciendo fotos para enviárselas ahora mismo a mi hija que vive en Londres y que es una enamorada de nuestro pueblo", relataba ayer Eugenio Martín, un vecino de Acehúche, mientras con el brazo en alto intentaba captar con su teléfono móvil uno de los momentos más emotivos de la celebración de Las Carantoñas, la salida de la iglesia del patrón San Sebastián.

Al igual que Eugenio, cientos de personas se congregaron por la mañana en esta localidad de la provincia de Cáceres para ser testigos de Las Carantoñas, una fiesta de interés regional que sobrepasa toda frontera y que sus paisanos lleva allí donde van.

Ayer, el pueblo entero volvió a demostrar, una vez más, su gran devoción por su santo patrón en el día grande de la fiesta, en el que la lluvia dió una tregua y permitió festejar con normalidad los actos programados en la calle. El ambiente comenzaba a sentirse sobre las once de la mañana, cuando 39 carantoñas, hombres disfrazados con pieles de cabra y oveja, llenaron las calles del municipio ´arrastrando´ a mayores y a pequeños. Los actos de, que hoy volverán a repetirse con el San Sebastianino, volvieron a poner de manifiesto la gran fe que los acehucheños sienten por su santo.

CON LAGRIMAS EN LOS OJOS Esta gran devoción quedó reflejada sobre todo en el instante en el que el marido de Ana Belén Ginés, mayordoma de este año, echaba la ´LOA´ desde el balcón de su casa, después de que la procesión hiciera una parada dejando la imagen del santo justo delante de su vivienda.. "Por fin llegó el día tan deseado por mi familia, y yo, mi esposa aquí a mi lado también te está hablando. Los dos te hicimos una súplica cuando nuestra hija a las pocas horas de nacer cayó enferma, fueron tres días de miedo y angustia, pero tu fe nos dió fuerzas y ahora que han pasado cuatro años hemos querido que pares aquí para agradecértelo", exclamó Oscar con lágrimas en los ojos y con su mirada fija en la imagen de San Sebastián, a la que aprovechó para pedir "que proteja a todos los hijos de este pueblo". Una petición que se cerró con un ¡Viva San Sebastián!, al igual que hizo todo el público.

Tras este momento emotivo el santo fue trasladado hasta la iglesia entre las salvas de los tiraores y el confeti de las regaoras , entre ellas, Lourdes Porras, que participa en la fiesta desde niña. "Estamos esperando todo el año para que llegue este día", confesó. Tampoco faltó la música de manos de Saturnino y Ramón, dos tamborileros de Las Hurdes; ni, como colofón, los bailes, la ´vaca-tora´, las papas y los dulces.