En estos primeros días de otoño de este 2017 se nos ha ido Angelines a la edad de 81 años. Todos los viveños que tuvimos la suerte de convivir en mayor o menor grado con ella nos hemos sentido un poco más tristes. Al conocer la noticia de su muerte su recuerdo nos ha traído consigo otros muchos.

Angelines y su marido Paco se conocieron en Madrid y se instalaron en Ibahernando en el año 1968. Angelines era natural de Casas de Miravete, y Paco, que había trabajado en Alemania, natural de nuestro pueblo. Iniciaron en su propia casa una actividad de plegado de papel que llevaron conjuntamente. Paco con su furgón azul se encargaba de la traída y llevada del material impreso desde Madrid a Ibahernando. Angelines enseñaba a plegar a quienes comenzaban, distribuía las tareas adjudicando el plegado más difícil a las personas más experimentadas, indicaba el tipo de plegado a realizar, las marcas en el papel que aseguraban un buen plegado, los capítulos de libros que faltaban, las fechas de entrega, apuntaba en su libreta lo que cada uno debía cobrar al final de la semana según los millares plegados etc. Angelines era en buena medida el alma que hacia posible que toda aquella faena saliera adelante.

A pesar de su apariencia menuda y frágil Angelines era capaz de desplegar toda la energía necesaria para poder llevar adelante su negocio y todo lo que éste conllevaba. Era una persona entrañable, con su delicada sonrisa, su trato amable y corrección exquisita. Siempre dispuesta a pararse a escuchar cualquier requerimiento o duda de los que trabajaban para ella. Supo criar a sus cuatro hijos y supo ser una mujer avanzada a su tiempo: como emprendedora que junto con Paco trajo y ofreció trabajo a sus vecinos, como ejemplo de la iniciativa de las mujeres para asumir tareas y responsabilidades, como pionera de los nuevos roles y costumbres que las mujeres empezaban a asumir. Y todo esto adquiere doble valor al ser hecho en un pueblo. Angelines siempre mostró una gran inteligencia natural, con sus numerosas lecturas y un amplio conocimiento de la vida social y política de aquellos años. También sabía divertirse cuando junto con Paco salían con grupos de gente del pueblo, fueran más jóvenes o mayores. Y cantar, por cierto, con una bonita voz.

Angelines, con estas pocas palabras hemos querido expresarte nuestro afecto y agradecimiento. Tantas tareas y vivencias que compartimos contigo. Creemos que lo hacemos también en nombre de todo el pueblo de Ibahernando. Es de justicia reconocer a quienes dieron lo mejor de sí mismos y contribuyeron al progreso y bienestar de todos. Como otras personas de las que nos sentimos orgullosos y orgullosas en la pequeña historia de nuestro pueblo. Nuestro más sentido pésame a Paco y a sus hijos Ana, Miguel Ángel, Angelines, y Maria del Carmen. Un fuerte abrazo y que descases en Paz. Pureza García Martínez. Paqui Redondo García. María del Carmen García Martínez. María del Carmen Moreno Martínez. Higinio Miguel Mena. Isi Martín Barrado. José Antonio Redondo González.