Agua de manantial para acabar con las hemorroides. Esta es la receta de Angel Martín, un vecino de Moraleja que asegura tener la solución para aquellas personas "que llevan tiempo sufriendo en silencio los síntomas de las almorranas".

Martín, hombre entrado en años y con la experiencia de quien padeció durante meses y meses "un fuego tremendo provocado por esta dolencia", cuenta que un día, cuando estaba en su parcela de secano, se acercó "desesperado" a un manantial de su propiedad y con la ayuda "de unos utensilios" se aplicó el agua en la zona afectada. "Me quitó las molestias y las hemorroides se curaron", afirma.

Pero no sólo el protagonista de la historia sirvió de conejillo de indias . Al parecer probó con personas de su entorno y les eliminó "los picores en sólo 48 horas". "Cuando alguien me decía que tenía problemas con las almorranas yo me reía, les daba el agua del manantial y unos instrumentos para que se la aplicaran. La sorpresa llegaba a las 48 horas porque ya no sentían nada, y lo mejor de todo, es que no les han vuelto a dar problemas", asegura.

Ante los resultados, los amigos y familiares de este vecino de la comarca de Sierra de Gata le animaron a que compartiese su descubrimiento con todos aquellos que tengan problemas con las hemorroides. "Hay mucha gente como mujeres después del embarazo, personas con un importante ritmo de vida que sólo pueden acabar con las molestias pasando por el quirófano". Y es que algo similar también le ocurrió a Angel Martín, que dice que estaba dispuesto a operarse para acabar con la dolencia, "y no fue necesario gracias al alivio del agua del manantial".

Pero el pozo de este hombre no tiene límites. Al parecer, tiene el remedio para los problemas de deficiencias respiratorias en las vías altas. "Me levantaba noche tras noche y tenía que salir al patio para acabar con la sensación de ahogo que padecía". La solución la encontró también en el mismo manantial, situado en una finca cerca de Moraleja. "Si hubiera descubierto que el agua tenía propiedades curativas para las vías respiratorias no hubiera sido necesario operarme años antes", recuerda.

Angel Martín sabe que las puertas de su casa en la calle Camino de La Moheda de Moraleja están abiertas para ayudar y aconsejar a cualquier persona que quiera dejar de sufrir en silencio los síntomas de las almorranas, o que pase las noches en vela porque no pueda respirar con normalidad.