Redescubierta en 1980 y restaurada hace unos años, la basílica de santa Lucía del Trampal es hoy en día uno de los mejores exponentes del arte hispano-visigodo y la única que existe en el área sur de la Península. Su localización está en medio de la sierra en Alcuéscar, en la que también está el Centro de Atención de Grandes Minusválidos Físicos del Imserso y la sede la Casa de la Misericordia.

Alcuéscar es una atalaya desde la que se divisa buena parte del territorio extremeño, su situación estratégica la convierte en un lugar equidistante entre las poblaciones de Cáceres, Trujillo y Mérida. Los terrenos del municipio se reparten entre los suelos graníticos, donde abunda el centeno, y las zonas pizarrosas. Sus tierras las ocupan grandes extensiones de dehesas, con encinares, alcornocales y manchas de jaras y pastizales. El bosque mediterráneo es abundante en la zona de la sierra de San Pedro, donde hay buena ganadería. En el espacio dedicado a la montanera se ceban muchos de los mejores cerdos ibéricos que dan como resultado los excelentes embutidos y jamones de la zona que son conocidos en todo el país. Así es este municipio, que mantiene ganadería en los pastizales de los valles y caza mayor en San Pedro.

Los historiadores creen que fue fundada allá por el año 830, por los moros de Huéscar, de donde podría tomar el nombre. Fue aldea hasta finales del siglo XVI, época en la se escindió del partido de Montánchez, incorporándose al de Mérida por hacerse villa. Años más tarde volvería a depender de Montánchez.

EL PROGRESO LLEGA CON EL XX

Además, afinales del siglo XIX y, sobre todo en el XX, experimenta un enorme progreso y el desarrollo suficiente para convertirla en un municipio próspero. La construcción de la carretera que la unía con la Vía de la Plata, N-630, tuvo mucho que ver con esto, a lo que hay que unir las reformas y mejoras de la infraestructura pública y el arreglo de las casas a manos privadas, convirtiéndolo en un municipio con futuro.

Los edificios más notables, al igual que en otros pueblos, están ligados a la arquitectura religiosa, mientras que de la civil quedan pocos elementos singulares. Se puede destacar el de la Encomienda, que estuvo en la plaza durante muchos año. La Encomienda de Alcuéscar fue la única que tuvo la Orden de Santiago en la provincia de Cáceres. De los edificios religiosos queda buena muestra: La parroquia de la Asunción, su ermita y, sobre todo, la basílica ya citada, que perteneció al clero hasta la desamortización de Mendizábal. Antes se utilizaba como establo de ganado, pero hoy está considerado como unos de los mejores exponentes del arte hispano-visigodo.