La emoción y la diversión, envueltas por primera vez con unas extremas medidas de seguridad, volvieron a aparecer ayer con fuerza durante las populares carreras que 149 jinetes protagonizaron en Arroyo de la Luz con motivo de la celebración del Día de la Luz.

A la tradición ha unido la fiesta este año un gran dispositivo de emergencia distribuido en distintos puntos de la calle Corredera, lugar central de la celebración, después de que el año pasado un policía local falleciera tras ser arrollado por un caballo en plena carrera, una pérdida que ayer estuvo presente en la mente de todos. De hecho, durante la procesión los arroyanos guardaron un minuto de silencio en recuerdo del policía municipal.

Transcurrido un año del trágico suceso, y ante el alto riesgo por la cada vez mayor afluencia de público que acude para ver esta tradición que tiene su origen en el año 1229, el ayuntamiento y las asociaciones ecuestres del municipio extremaron al máximo la seguridad y reforzaron la atención sanitaria. Para ello, más de 100 efectivos entre guardias civiles, policías locales, vigilantes de seguridad, médicos y enfermeros, entre otros, se distribuyeron a lo largo de la céntrica calle, así como una UCI, cinco ambulancias, un puesto de mando del 112 y voluntarios de DYA y ARA, señaló el alcalde Santos Jorna.

"Esta es una fiesta con 700 años de historia que merece ser protegida, los arroyanos hemos demostrado que sabemos organizar estas fiestas y disfrutar de nuestras pasiones", señaló Jorna durante el recorrido por la zona que realizó acompañado por el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, y el presidente de la Asamblea de Extremadura, Juan Ramon Ferreira.

La Virgen, de estreno

A la emoción de los jinetes se sumó el colorido que aportaron los 118 carrocistas que disfrazados desfilaron sobre cuatro carrozas y que por unos minutos convirtieron la calle Corredera en escenario de homenaje a Michael Jackson, a un ferial, a los antiguos oficios de alfarero y a las películas del oeste.

Además de las carreras, en buena parte de la mañana la protagonista fue la Virgen de la Luz, que ayer lució un manto azul de los años 70 bordado en plata y estrenó la talla de un Niño Jesús elaborada en Sevilla, confirmó el mayordomo de la cofradía, Florencio Crespo, que tras diez años de mandato será sustituido en junio por Martín Panadero.