Semáforos de pocos centímetros de altura, señales de tráfico más pequeñas de lo normal y rotondas de un diámetro mínimo. El patio de la guardería de Navalmoral se convirtió ayer en un circuito improvisado para los niños de cuatro y cinco años que participaron en el taller de seguridad vial, impartido por la policía local.

"Yo de mayor quiero ser conductora y hoy he aprendido mucho", aseguraba Marina, que estaba atenta a todas las indicaciones que le hacía el inspector de la policía, Enrique Cenalmor. Sin embargo, otros de sus compañeros de pupitre no tenían tan claro cuando debían ceder el paso. "Sólo sabemos que cuando el semáforo está en rojo debemos quedarnos quietos", explicaban.

"La actividad tiene una gran importancia como complemento de la educación diaria, porque si aprenden de pequeños las nociones básicas de comportamiento para ser peatones o viajeros, cuando sean mayores lo tendrán más presente", afirmaba Enrique Cenalmor.

El taller de educación vial se trata de un proyecto elaborado por la Concejalía de Sanidad y Consumo y Cruz Roja de Navalmoral y se lleva a cabo dentro del programa de Educación para la Salud. Los aspectos que se han tratado son la correcta utilización de las aceras, el uso adecuado de triciclos o monopatines, la interpretación de las señales básicas, la importancia del cinturón y la silla del coche o los peligros que suponen determinados comportamientos dentro del vehículo.

Después de las clases, los pequeños pudieron visualizar un vídeo complementario, además de recibir folletos con información preventiva ante imprudencias de tráfico.

El taller se trasladará hasta los alumnos de sexto de Primaria de los colegios de Navalmoral el próximo día 19.