La primera gran historia sobre la gramática, La minerva , es obra de un extremeño: Francisco Sánchez de las Brozas, El Brocense, que tiene en común con el autor de la primera gramática en lengua castellana, Nebrija, que los dos son humanistas, pensadores y filósofos del siglo XVI, y el haber vivido en Brozas, aunque el primero también nació allí. No es por esto extraño que sean muchos los que asocien a este pueblo con la historia del pensamiento español.

Pero Brozas no es sólo historia, sino también paisaje, y es que llegar a esta localidad, a través de la N-521, es situarse en un paraje de grandes berrocales de granito de los que asoman pastizales y encinares interminables, y dehesas habitadas por el ganado con numerosas charcas donde criar exquisitas tencas. En invierno el silencio sólo lo rompen las grullas y avutardas.

ENCOMIENDA DE ALCANTARA

La historia de Brozas es tan antigua como su fama, ya que además de los restos prehistóricos hallados en la zona, ha tenido su papel como Encomienda Mayor de la Orden de Alcántara, y su nombre ha sido paseado por varios continentes de la mano de algunos de sus grandes hombres: Nicolás de Ovando, primer gobernador de América en sustitución de Colón, o El Brocense.

Sus construcciones eclesiásticas y palaciegas son ahora la mejor prueba de ese esplendor. La iglesia de santa María la Mayor del siglo XVI, declarada Bien de Interés Cultural, es una de las mayores de España, con planta renacentista y trazas góticas, posee tras accesos, aunque el principal es el más atractivo, en el ábside se horadó un transparente de tipo barroco. En el interior se conservan varios sepulcros con blasones de ilustres brocenses, pudiéndose admirar en la capilla mayor un retablo de madera sin policromar, de Bartolomé de Jerez.

Posee, asimismo, dos conventos, el de las Comendadoras construido en estilo renacentista en el siglo XVI y el de los Remedios.

Tampoco se puede olvidar la fortaleza, un conjunto de edificaciones con dependencias como la torre del homenaje, las caballerizas, y sus habitaciones en torno a un patio porticado, que ha sufrido múltiples variaciones a través de la historia, y que hoy es una vivienda particular. Su origen es medieval y las primeras noticias que hablan de ella provienen de 1397, cuando se rechazó un saqueo por parte de tropas lusas.

De sus palacios, muestra del poder de su nobleza terrateniente, destaca la mansión de Los Bravo, conocida como Casa de los Condes de la Encina; La casa de Los Flores o Escuelas Nuevas y las de otros ilustres como los Flores Montenegro, conde de Canilleros, marqués del Reino y la de Francisco Sánchez de las Brozas.