A este municipio, coronado por un castillo sobre uno de sus altos de cuarcita, se accede fácilmente por la autovía de Extremadura en la salida sur del túnel de Miravete. Se trata de un territorio marcado por grandes valles formados por crestones de cuarcita en los que no falta la melodía siempre constante de sus corrientes fluviales, la manta verde de encinas o alcornoques y el asalto constante de mamíferos y aves.

Cabañas del Castillo cuenta con cuatro localidades: Solana, Retamosa, Roturas y Cabañas. Son los pueblos más pequeños y encantadores de la comarca, siendo, con 325 habitantes y con la sede del ayuntamiento, el mayor Roturas, mientras que Cabañas, con apenas 15 almas, es el menor de todos, a pesar de dar nombre al municipio.

Estos pueblos están bastante conservados, y en los mismos aún quedan restos de modos y maneras de otros tiempos. Así, destacan las pinturas rupestres de Cabañas del Castillo, que se distinguen por su estratégica situación. La complejidad de los valles añade dificultad a su acceso, ya que hay que llegar a los altos riscos para contemplar los rastros de los hombres primitivos. Algunas pinturas están junto a interesantes yacimientos arqueológicos que recorren las edades del hombre. El Cancho del Reloj, en Solana, es el panel más completo de cuantos existen en la comarca. En él hay cientos de motivos en los que no faltan los detalles.

UN CASTILLO MUY MODESTO

Cabañas, como bien indica su nombre, tiene un castillo muy modesto, de corto recinto y difícil acceso. Tres pequeñas torres defienden las gruesas murallas con una sola puerta. Del mismo empiezan a tener noticias a finales del siglo XII, apareciendo entre las posesiones del señor de Trujillo, Pedro Fernández de Castro. Posteriormente la Orden de Caballeros de Trujillo y calatraveños serán los tenentes de esta fortaleza hasta que el señor de Oropesa se haga cargo de él.

Además, cerca de Solana se halló una estela decorada muy completa en la que se aprecia un guerrero con su carro, un escudo y una lanza de la Edad de Hierro de cuando las montañas se llenan de tribus celtas.

De la arquitectura religiosa, la iglesia de Cabañas se sitúa pegando sus bordes a la cresta del castillo, está realizada en mampostería y ladrillo, tiene forma de cruz latina y dos portadas de estilo mudéjar, y presume de gran antigüedad. En Retamosa hay una modesta iglesia no exenta de curiosidades y restos arqueológicos. Por su parte, la de Solana está dedicada a san Miguel y la de Roturas destaca por el gran número de referentes que conserva, apreciándose en la torre los restos del antiguo campanario.