En su término municipal, el relieve es ondulado con pequeñas elevaciones como las de san Blas, el Sierro, Cuestos y Aguila y las lomas de Valconejos, san Antón y Soldados. Son suelos de pizarras, mientras que entre las corrientes de agua destaca el río Arrago, que limita la localidad y el arroyo Patana. Situada a pocos kilómetros de Coria, Calzadilla está al noroeste de la comarca del Valle del Alagón.

A sus gentes se les llama lagartos, un apodo que les viene de un hecho milagroso que le atribuyen a su Cristo de la Agonía: la aparición de un monstruo por los campos de Calzadilla, matando a rebaños y pastores, hizo que un pastor se encomendara al Cristo de la Agonía, que convirtió su callada en un trabuco cargado que le permitió eliminar al monstruo. En la ermita del Cristo, aún pueden verse restos de lo que dicen fue el animal y la milagrosa escopeta. Y en recuerdo de esta hazaña, a la entrada del pueblo se ha levantado un monumento.

LOS RECURSOS

Historia al margen, uno de sus recursos más importante es la dehesa, en la que desde el punto de vista geológico se pueden encontrar glauvacas, pizarras y conglomerados. En recursos naturales tiene encinas, alcornoques, robles y jara, arbustos como el torvisco, la retama y el tamujo. En cuanto a la fauna, se pueden avistar especies tan emblemáticas como grullas, milano negro, águila calzada, abubillas y passeriformes como el petirrojo, tarabillas y agateador común. También es zona de jabalís, zorros, jineta y roedores como la comadreja.

Al hablar de patrimonio histórico y artístico, hay que nombrar la modesta iglesia parroquial de la Consolación, con detalles góticos de la segunda mitad del siglo XV. De mayor interés es la ermita del Santo Cristo, en la que se conserva una imagen del Crucificado (Santo Cristo de la Agonía), que según la tradición procede de Roma. La justificación de tal aserto debe proceder de la pretendida nacionalidad italiana del escultor Lucas Mitata, a quien se atribuye la obra.

La ermita es una construcción sólida, en cruz latina, en la que se funden una capilla mayor y crucero del siglo XVI y una nave de factura posterior. Destacada la resolución del espacio interno, con bóveda de cañón apuntado en la nave y cubierta de terceletes en el transepto y brazos de crucero. El presbiterio se cierra con un cuarto de esfera avenerado montado sobre pechinas. Aunque no existen documentos sobre su construcción, la singular solución de la capilla mayor y la atractiva cubierta de la sacristía, con un cañón recorrido por finos nervios transversales, vinculan la obra con el que hacer del maestro Pedro de Ybarra, pudiendo datarse en el tercer cuarto del siglo XVI.