Las Carantoñas es una Fiesta de Interés Turístico Regional llena de encanto y misterio que se desarrolla en Acehúche estos días. Son hombres disfrazados con pieles de animales, que ciñen a la cintura con una cincha bien apretada. La cabeza se cubre con una máscara, también de piel en la que se pueden ver pimientos, orejas de animales, colmillos… pero nunca cuernos. Los preparativos de la fiesta comienzan mañana jueves 19 , cuando los mayordomos y sus familiares salen en busca del romero con el que cubrirán el camino que va de la iglesia a la casa de los Mayordomos y calles por donde ha de pasar la procesión. A la caída de la tarde del mismo día 19 la mayoría de los acehucheños se encaminan a la entrada del pueblo para recibir al tamborilero.

Es tradicional que el tamborilero recorra esa noche los bares y calles del pueblo acompañado por los mayordomos, familiares de estos representantes de la Cofradía de San Sebastián y un gran número de vecinos, lanzando abundantes cohetes y petardos.

En el amanecer del día 20, día de san Sebastián, tiene lugar la Alborá. El tamborilero va despertando a los que se disfrazarán de Carantoñas. Más tarde, mientras los mayordomos proceden a ‘regar el romero’ recogido el día antes, los mozos que se disfrazan de Carantoñas van a vestirse.

El motivo es una promesa hecha al Santo por un año o varios. Los tiraores son los jóvenes del pueblo, que armados con escopetas de cartuchos esperan al Santo a la salida de la iglesia y disparan al unísono, a modo de salvas sus escopetas.

Las regaoras o patanas son las mozas del pueblo ataviadas con el traje típico del lugar denominado de ‘bayeta’. Su función es escoltar la imagen durante la procesión, regándolo de confetis. Una vez finalizada la misa, empieza la procesión. Cuando el Santo aparece por la puerta de la iglesia los tiraores, dispuestos a ambos lados de la misma, disparan sus escopetas entre el griterío y los vivas a san Sebastián, acompañado siempre por la música del tamborilero.

La Vaca-Tora es una de las carantoñas que se coloca unas varas cubiertas por una manta dejando asomar unos largos cuernos de vaca, lleva colgado un descomunal cencerro. Su misión es dar por finalizada la fiesta, asustando a las Carantoñas y dispersándolas, entre carreras, jolgorio en el que participan todos los presentes.

Como colofón todos se dirigen al polideportivo municipal, donde la Cofradía de San Sebastián agasaja a todos los vecinos y visitantes con un convite, consistente en dulces y vino de la zona. El día 21 es el San Sebastián Chico, y la fiesta se repite exactamente igual.