Coincidiendo con el Día de los Enamorados, se celebrará por todo lo alto el 'Sábadu Gordu dIAntrueju' en la alquería jurdana de Riomalo de Abajo, concejo de Caminomorisco. Fue por los años 90 del pasado siglo cuando el grupo Estampas Jurdanas sacó de las cenizas las mojigangas más singulares del llamado 'Carnaval Jurdano', que se iban apagando en las aldeas debido a que la población joven había emigrado.

Con el beneplácito de la mancomunidad de municipios de Las Hurdes, se pudieron salvar de la quema estos antruejos, considerados por muchos investigadores de la cultura tradicional como una de las manifestaciones más singulares, arcaicas, ruralizadas y ritualizadas del mundo hispánico. Se extrañan antropólogos, etnógrafos e historiadores de que todos los años acuden en gavilla a presenciar este festejo, cómo la Administración autonómica no lo declarado de Interés Turístico Regional, cuando sí ha dado la bendición a otras manifestaciones con muchos menos méritos contraídos.

Hogaño, las 'corróbrah' venidas de todo el territorio jurdano se darán cita por la mañana en la alquería de La Rebollosa para reafirmar sus raíces e idiosincrasia jurdanas. Esta aldea, incomprensible y lamentablemente, fue desgajada a finales del siglo XIX de su matriz (Las Hurdes), para adscribirla administrativamente al pueblo salmantino de Herguijuela de la Sierra, situado a la otra parte de la sierra, en terrenos castellanos.

Pero sus habitantes siempre han mantenido su orgullo de jurdanos y así se sienten hoy en día. Después del pasacalles por dicha alquería, toda la comitiva arribará a Riomalo de Abajo, pueblo situado a escasa distancia de La Rebollosa, en la margen opuesta del río Ladrillar, o Río Malo, como era conocido en la antigüedad.

ENTRONIZACION A media mañana, todo el desorganizado pero armónico ejército carnavalero, acompañado por los tamborileros, irá en busca del 'Rey del Antrueju', que será montado a lomos de un burro y aclamado y rociado por paja y harina.

Aparecerán toda una serie de personajes, a cada cual más extraño --'La Tía Rechonchona', 'La Vaca Pinta', 'El Burru-Antrueju', 'Loh Diabrílluh', 'El Obíhpu Jurdanu', 'El Morcillu', 'La Osa', 'El Pejuláncanu', 'Loh Araórih del Rozu', 'Lah Carantóñah'...--, que no pararán de retozar en todo el día, haciendo bueno aquel dicho de "pol carnaval tó pasa, y el que no ehté a gúhtu, que se quedi en casa".

En suma, un carnaval que nada tiene que ver con aquel otro de corte urbano, tan homogeneizado, despersonalizado, enlatado, competitivo y uniformado. El Carnaval Jurdano es toda una explosión libertina y libertaria, donde hay completa licencia para comer, beber, brincar, cantar y romper tabúes y prejuicios, dándole por completo la vuelta a la tortilla y haciendo que el mundo gire totalmente al revés.