Más de un centenar de vecinos de cuatro bloques de la plaza de La Chimenea de Navalmoral han conseguido, tras meses de quejas, que el ayuntamiento anuncie que prohibirá jugar al balón en este espacio público. Así se lo indicó ayer el alcalde moralo, Rafael Mateos, a una de las afectadas y así lo confirmó posteriormente el regidor a este diario.

Según el relato de los vecinos y de los empresarios con negocios en la zona, la cuestión no se trata sólo de jugar o no al balón. "Claro que los niños deben jugar, yo tengo tres hijos y lo sé, pero siempre hay unos límites, pero no que a la una de la madrugada sigan dando balonazos", comenta una vecina.

El ruido y los golpes constantes son uno de los principales motivos de queja, pero no el único. "Yo estoy harto de que todos los días me rompan vasos en la terraza y de que no dejen crecer las plantas de los maceteros", añade un hostelero de la zona que no hace más que apoyar y refrendar lo dicho por otros vecinos afectados.

La rotura de cristales es otro de los asuntos que denuncian. "Un día me tuvo que llamar al móvil el chico del bar porque me iban a romper los cristales de mi casa", añade una mujer que vive en un primer piso y que asegura que su casa retumba durante todo el día. La sede de la Cámara de Comercio de Cáceres ha sido testigo de esta situación y en cuatro años ha tenido que cambiar cinco veces la luna del escaparate.

"La policía viene pero no pueden hacer nada, son menores", responde un hostelero a la habitual pregunta. "Les riñes y encima se ríen de ti", añade otra afectada que vive en este barrio moralo.

La suciedad también forma parte de la conversación. "Cogen tierra de los maceteros y la lanzan a puñados por las ventanas. Más de una vez he tenido que coger la aspiradora para limpiar lo que me han tirado. No puedo dejar las ventanas abiertas", dice una denunciante. Los golpes a los viandantes también aparecen en la denuncia. "Ya no podemos más", finaliza una afectada.