Los problemas del agua turbia en las localidades de Cilleros y Perales del Puerto se han solucionado después de que se procediera a aumentar la dosis de los tratamientos que se aplican al agua potable.

Durante días, en ambos municipios el agua presentó un color amarillento debido al escaso líquido almacenado en la presa de La Cervigona. "La tercera toma del pantano capta el agua del fondo y no de la superficie", explicó el edil de Cilleros.

El aspecto "desagradable" del agua, que en todo momento fue apta para el consumo humano, obligó a los vecinos de estas dos localidades a comprar agua embotellada y a rellenar garrafas en las fuentes más cercanas. Incluso, hubo problemas para hacer la colada o para el aseo diario. Entre las medidas adoptadas para recuperar la normalidad, en Perales se procedió a lavar dos veces diarias los filtros de arena, como declaró el edil del municipio.