Una muestra circense que deje constancia de todo lo aprendido pondrá esta noche el punto y final al campo internacional de trabajo ´Circo en la naturaleza´ que, desde el pasado día 17 de agosto, se ha celebrado en las instalaciones de El Quinto Pino en Talayuela. "La muestra es como un regalo para ellos, una despedida emotiva", comenta Luis García, el director.

Ante una carpa llena de público, los 26 alumnos bailarán, harán malabares, acrobacias, performance, clown... "No es un gran espectáculo porque no tiene una gran dificultad técnica, la mayoría ha partido de cero, pero es entrañable", relata García. "Será como una especie de despedida", reflexiona por su parte Milena Fernández, una joven de 25 años procedente de Asturias. "Lloraré seguro", anuncia.

En la muestra el lenguaje será el circense, el que ha imperado en los 15 días de convivencia. Y es que en el pinar talayuelano han convivido siete nacionalidades. Desde Turquía, Grecia, Serbia, Italia, Francia, Corea y Japón han llegado algunas de las alumnas (han participado sobre todo chicas), con edades entre 18 y 26 años.

El equipo de trabajo del campo --formado por tres monitores y el director, además de colaboraciones puntuales para clases técnicas-- han enseñado a los alumnos parte de la magia del circo, pero también partes de ellos mismos desconocidas. Según explica García, "la excusa es el circo, pero la idea es tener una experiencia vivencial, que se conozcan más así mismos"; todo ello sin olvidar la creatividad, otra de las partes importantes de un campo de trabajo que no puede cubrir todas las demandas de participación que tiene.

Mientras unos perfeccionan ejercicios en la barra fija para la cita final, Isaac, procedente de Albacete, y la madrileña Sofía pintan uno de los chozos en los que duermen como si fuera un planeta más del universo. Al sol, Milena, junto con la serbia Tamara y la coreana Eunjin decoran unos muebles para darles más vida, a la vez que una de las monitoras reparte fruta.

El tiempo corre y cada vez queda menos para el regreso a casa y para mostrar lo aprendido: "hay mucha gente que se engancha al circo, se apunta a escuelas y luego viene a ayudar", comenta el director. Un tiempo que corre más rápido de lo habitual porque este año el campo de trabajo se ha reducido de 20 a 15 días. Así se queda corto, dice la mayoría.