TYto salí de mi tierra y dejé hijos y mujer por venir a servir a vuestra merced, creyendo valer más, y no menos; pero como la codicia rompe el saco, a mí me ha rasgado mis esperanzas ". (El Quijote , capítulo XX, 1 parte). Esta, y no otra, parece ser la actitud de la alcaldesa de Moraleja, Concepción González, en su deseo de abandonar la Mancomunidad de Sierra de Gata, que su grupo aprobó en la Comisión de Integración, creada en 2006, para estudiar el proceso de Vegaviana y Moraleja en el ente comarcal, así como el resto de los partidos, salvo el Grupo PP de la mancomunidad.

El excesivo afán de acumular bienes hace a veces que se pierdan todos. Es el significado del refrán español incluido en El Quijote y que viene como anillo al dedo en las actuales circunstancias por las que atraviesa la economía mundial. No se cumplen, en todo caso, el principio de solidaridad y progresividad fiscal, que tanto reclamamos a nivel nacional, porque es un referente constitucional, y que aquí, como en tantos lugares, tampoco deseamos asumir por la codicia de algunos en perjuicio de los más.

Aunque hasta la fecha no hay acuerdo definitivo del pleno o de la junta de gobierno para hacer efectivo el deseo de la alcaldesa, no parece, sin embargo, que su codicia sobre la cantidad y valoración entre lo que recibe y lo que da, se aproximen a una realidad justa y solidaria con los demás miembros que la componen. Ya el secretario general de la Agrupación Local del PSOE de Moraleja, Felipe Mayoral, declaraba ayer en Cáceres que su pueblo "tiene más que perder que ganar" si abandona la mancomunidad. No menos rotundas fueron las dichas por Alfonso Beltrán, anterior presidente de la mancomunidad, quien afirmó que "Moraleja vive de la mancomunidad y ésta de Moraleja". Es decir, que ambas se necesitan recíprocamente.

En el último ejercicio, Moraleja aportó 271.953 euros y recibió a cambio en servicios directos y en programas de inversión de empleo, 1,4 millones. Por otro lado, el PSOE gobierna 15 de los 20 pueblos de la Mancomunidad, otro de los "argumentos" esgrimidos por la alcaldesa para tener una mayor representación en los órganos de gobierno, que las urnas no le concedieron, el mismo que no otorga a la oposición socialista en los plenos del Ayuntamiento que preside, al que habitualmente expulsa cuando tratan de preguntar cosas que le resultan incómodas, cercenando de raíz la participación democrática que a ella misma y a su grupo se le otorgó en el pasado.

El actual esquema solidario de representación de las veinte localidades, vigente desde 1993, fue aprobado por su grupo político en el proceso de integración. La mancomunidad ha sido gobernada por socialistas y populares, y nadie, hasta ahora, había cuestionado un esquema que permite a los pueblos de la sierra mantener con su población, y dignamente representados, a todos los municipios, especialmente a los más pequeños, que de otra forma no podrían recibir los servicios esenciales.

Olvida esto también la alcaldesa, quizá porque, en su codicia, todo lo quisiera para sí, pero sin los demás. Qué camino pretende seguir cuando otro de sus argumentos es la inversión en los propios caminos de su municipio, cuando tan solo registra el 8,7 % de los 212,4 que tiene la mancomunidad y recibe, en cambio, el 9% de la inversión en este capítulo y, como asegura su portavoz, su aspiración es recibir más de lo que proporcionalmente le corresponde- ¿Qué le dejamos, entonces, a Valverde del Fresno, que tiene el 14,62%, o a Cilleros, con el 13,38%? Seguramente, la alcaldesa de Moraleja desconozca este paisaje tan ilustrativo de El Quijote , porque su ignorancia le impide ver su codicia y ésta, a su vez, la avaricia que rompe el saco de todos y rasga las esperanzas de los más débiles que también se unieron para servir a su pueblo.