El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte ha comenzado a certificar las primeras cerezas de 2017 de la variedad Navalinda, la única que tiene pedúnculo certificada en el Valle del Jerte. Estas cerezas cuentan con la contraetiqueta que garantiza su máxima calidad. El presidente del Consejo Regulador, Ignacio Montero, indicó ayer que las previsiones de campaña de cereza Navalinda, única variedad amparada por la Denominación de Origen, «oscilará entre los 500.000 y los 700.000 kilos». Aproximadamente el 60% de la producción de cereza se destina al mercado exterior. El Consejo Regulador señala además que «en El Valle del Jerte el cultivo de las cerezas se desempeña de una manera natural, tradicional y sin aditivos», lo que hace que las cerezas y picotas tengan un sabor único y un altísimo contenido en vitaminas, oligoelementos y flavonoides, entre otras propiedades naturales.