"Llevo 23 años subiendo con la Virgen y solo he faltado una vez porque tuve que operarme", comentó Juana Martín, que a sus 76 años ayer caminó junto a la Virgen de Argeme casi cinco kilómetros para acompañarla desde la catedral hasta el santuario donde la patrona permanecerá el resto del año. Esta vecina cauriense asistió a la subida de la Virgen junto a cientos de ciudadanos. Una de sus amigas, Antonia Magdalena, a pocos metros de llegar al santuario, aseguró que el trayecto "no es pesado porque lo hacemos despacito". Además, la experiencia de hacerlo cada año hace que se convierta en algo ameno, opina Virgilia Martín que lleva 14 años caminando junto a la Virgen de Argeme y a pesar de sus 77 años asegura que continuará "mientras pueda", confesó.

Zapatillas y rosarios

Llaveros, pitilleras, calices, velas, conchas y pastilleros con la imagen de la patrona son algunos de los más de 500 objetos que el público pudo adquirir ayer en el puesto que cada año instala la cofradía. Este año como novedad se han vendido unas pequeñas zapatillas para el coche por 4 euros, misterios con broche por 3 euros y rosarios de plata por 30 euros. Precisamente, los rosarios son las piezas más caras que se pueden comprar, mientras que el banderín a 50 céntimos cada uno es lo más económico que ofrece la cofradía. Francisco Valiente y José Carlos Pérez han sido este año los cofrades, que con la ayuda de las camareras, se han encargado de atender al publico. "Lo que más demanda la gente son rosarios, anillos y dedales", comentó Valiente.

El presidente de la cofradía, Francisco José Martín, satisfecho en su primer año de mandato. "La alta asistencia de público demuestra que la devoción de la Virgen está pujante", afirmó. Nadie quiso perderse la romería para la que la popular heladera Basi elaboró 42 litros de helado de limón.