El tramo final de la finca La Vega de Jaraíz de la Vera, que linda con el río Tiétar, parecía un paisaje lunar, más que una superficie de terreno dedicada al cultivo tabaco y pimiento. Algunos de los socavones que ha dejado el agua del río tras las inundaciones provocadas por las últimas lluvias llegan a alcanzar los cincuenta centímetros de profundidad, mientras que las tuberías de riego han sido desenterradas por la furia de la crecida la cual ha logrado “lamer” medio metro de tierra vegetal, a lo largo de una franja que ocupa varias hectáreas “Esta es una situación que se viene repitiendo últimamente con bastante frecuencia, lo que nos está llevando a la ruina”, señala Marciano Bajo, uno de los agricultores afectados por “los desastres del río”.

En este sentido asegura que “es una situación para abandonar las tierras, lo que ocurre es que no hemos terminado de pagarlas, y si las dejamos de cultivar, ¿con qué vamos a hacer frente a lo que debemos?.

Con el se encuentra Expósito, hijo de otra de las familias afectadas. Este último coincide con Bajo en señalar que el problema está provocado por la maleza que hay en el cauce del río. “Ese islote que se ha formado a la altura de las tierras anegadas tiene una superficie de alrededor de tres hectáreas. Si la Confederación Hidrográfica del Tajo limpiara toda esa zona, el río no se desbordaría”, explica Expósito. Su madre Soledad Gómez asegura que “esto es una lástima, aumentada porque nadie nos quiere escuchar”.

Ambos aseguran que en la mañana de ayer visitaron la zona afectada varios técnicos de Iberdrola, “porque los cimientos de una de las torretas que sujeta la línea de alta tensión que transporta corriente eléctrica, posiblemente desde Portugal, han quedado al aire”, debido a la erosión producida por el agua.

Por otra parte, Expósito insiste en la necesidad de limpiar el río. “Esta tierras se roturaron hace más de sesenta años y el agua no las inundaba, lo que ocurre es que la falta de limpieza y la desaparición de las piaras de cabras y los rebaños de ovejas que pastaban en la zona ha favorecido el crecimiento de la maleza”, que en otros tiempos era utilizada como alimento de los animales.

No obstante, adelantan que el lunes “vamos a tratar de entrevistarnos con el alcalde de Jaraíz, para ver si nos echa una mano”. Tampoco descartan recurrir al Defensor del Pueblo, al Presidente de la Junta de Extremadura, “o a quien haga falta, antes de que perdamos nuestro medio de vida”. También estudian la posibilidad de llevar a cabo acciones de protesta, “hasta que los políticos se den cuenta de cómo estamos ahora mismo: al borde de quedarnos sin tierra para realizar nuestras plantaciones, ya que no podemos invertir este año otros veinticuatro mil euros para reponer la tierra vegetal que se ha llevado el desbordamiento del río”.

Por lo que respecta al número de familias afectadas indicaron que “río arriba son bastantes”, aunque los más perjudicados por las últimas crecidas son, además de Marciano Bajo, Gregorio Expósito, Antonio Arjona, Esteban Fernández y Francisco Jiménez.