El sacerdote Ricardo Mena Gómez, fallecido el domingo a los 50 años en Madrid a causa de un cáncer, fue despedido ayer por cientos de amigos y familiares en el funeral que tuvo lugar en la iglesia parroquial de Casar de Cáceres, su pueblo natal.

La misa fue oficiada por el obispo de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, y estuvo concelebrada por el anterior prelado de la diócesis, Ciriaco Benavente, dos obispos auxiliares de Toledo y 80 sacerdotes. En la homilía, Cerro glosó la figura y los valores de Ricardo Mena. Destacó que fue "una persona de entrega sencilla" y "un sacerdote ejemplar", de espíritu colaborador en todas las facetas de la diócesis.

Mena nació el 3 de abril de 1957 en Casar. Cursó estudios eclesiásticos en los seminarios de Cáceres y Toledo, en los que coincidió con Francisco Cerro. Se ordenó sacerdote en 1981. Su primer destino fue como vicario parroquial en el pueblo de Madridejos, en la provincia de Toledo. Posteriormente fue párroco de Mejorada, Segurilla y Montesclaros, también en Toledo, y estuvo al frente de la parroquia de San José Obrero de Talavera de la Reina. En la archidiócesis de Toledo fue delegado de Catequesis y arcipreste de su zona.

En el año 2003 volvió a Cáceres de la mano de Ciriaco Benavente. Miembro de la curia diocesana de Coria-Cáceres desde su regreso, ocupó la delegación de Enseñanza, en la que trabajó en potenciar la enseñanza religiosa en los colegios de la diócesis y en la formación del profesorado, y la delegación de Asuntos Económicos. Estaba adscrito y colaboraba pastoralmente en la parroquia del Beato Spinola.

Persona inquieta y trabajadora, también destacó por su labor en la informatización de la tarea diaria de los sacerdotes de la diócesis con la implantación de nuevos programas y sistemas de contabilidad y almacenamiento de datos. Por su formación, edad y relación con Francisco Cerro estaba llamado a ser una de las piezas importantes dentro de la curia cacereña en la etapa que se inicia ahora con el nuevo obispo.

A Ricardo Mena se le diagnosticó hace menos de tres meses el cáncer que acabó con su vida.