Miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza, Seprona, y puesto de la Guardia Civil de Trujillo se incautaron de varias bolsas de plástico que contenían 76 kilos de diversas especies de pesca marítima, carentes de documentación acreditativa de su origen, ni de embalaje, ni etiquetado, según informó a EL PERIODICO la Subdelegación del Gobierno. La mercancía encontrada estaba en el portaequipajes del autobús que cubre la línea Lisboa-Madrid. Tras los malos olores que produjeron estos alimentos perecederos y las consiguientes quejas de los viajeros, el conductor del autobús comprobó que esos olores provenían del equipaje transportado por la ciudadana de Guinea Bissa, con iniciales M. M. E. Acto seguido, avisó a la Guardia Civil, que se hizo cargo de la situación.

Tras la incautación de los productos perecederos, los servicios veterinarios de la zona de salud de Trujillo levantaron acta y determinaron, a la vista del precario estado de transporte y conservación, que la mercancía no era apta para el consumo humano. La responsable de estos hechos fue denunciada por el Seprona ante la Consejería de Sanidad y Consumo de la Junta de Extremadura.