Un pino es un árbol que a veces crece retorcido, con el tronco sinuoso como si estuviese en lucha contra la tierra y el espacio. Sin embargo, hay pinos que crecen rectos y derechos como la verdad. Pinos que valdrían para mástiles de los antiguos veleros o para vigas de carga de castillos y catedrales medievales. Pero hoy la técnica nos ha proporcionado el motor para los barcos y el hormigón para la construcción de edificios. Sin embargo, los vecinos de Descargamaría subimos al monte como ya hacían nuestros antepasados y elegimos uno de estos ejemplares: un pino marro de la vega del río Arrago. Un rito ancestral que representa el ansia por sentirse ligado a una tierra.

En la celebración han participado todas esas personas que se enclaustran frente al televisor; todos esos jovenes, chicos y chicas, que han disfrutado más que en las noches de discoteca, o todos esos emigrantes que solo vuelven al pueblo en las celebraciones de verano. Eso es la fiesta del Pino Marro, un símbolo de unión entre la gente, de saberse parte de un todo.

Además, el Pino Marro es una fiesta cuanto menos peculiar. Llamativa por su originalidad, que a quienes la contemplan como visitantes les lleva a conectar con el folclore arcaico de estas tierras y sus gentes, con una cultura popular que debemos cuidar para que no desaparezca.

Por todas estas razones, creemos que la fiesta del Pino Marro merece una distinción especial para figurar entre las mejores fiestas de la región. Por eso reclamamos que se le conceda la categoría de Fiesta de Interés Turístico Regional. Todos los habitantes de Descargamaría y de la comarca de Sierra de Gata nos comprometemos a formar un equipo unido y esforzado en hacer la fiesta cada año más hermosa y popular.