Impresionante", es la palabra que Moisés Paniagua, alcalde de Torrejoncillo, escogió para describir las fiestas de La Encamisá, una celebración declarada de Interés Turístico Nacional y que, ayer por la noche, congregó a unas 12.000 personas que después de varios días de novenas y ofrendas a la Virgen Inmaculada Concepción, vivieron con ella el día más grande.

El gran momento de pasión y alegría vivido ayer tuvo como escenario la plaza Mayor. Sobre las diez de la noche, el público, que se acercó a la plaza para coger el mejor sitio y no perderse detalle, recibió a los 250 jinetes a caballo, que cubiertos con una sábana, portaban un farol. Una vez en la plaza, los jinetes fueron testigos del multitudinario disparo de salvas entre el impresionante clamor popular.

LA BANDERA Tras varios minutos de lanzar al aire salvas a la Virgen, los vecinos, a las puertas de ´San Andrés´, vivieron la salida del estandarte de la Virgen del templo.

El torrejoncillano que ha tenido el privilegio de llevar el estandarte ha sido Emilio López. Este tuvo la suerte de portar el pendón de la Virgen, después de que su hermana Pilar, mayordoma, le diera el testigo al no poder ser ésta quien lo hiciera por ser mujer como marca la tradición. Los orígenes de la fiesta se remontan a la batalla de Pavía. Los jinetes cabalgan cubiertos por sábanas blancas, dice una leyenda, para ocultarse en la nieve. La batalla se ganó con la intervención de la Virgen.

Los actos continúan hoy lunes con la celebración de la Pura Chica para los más pequeños que podrán disfrutar de actuaciones de magia y juegos en la casa de la cultura. También habrá pasacalles. Además, la asociación de amas de casa que lleva el nombre en honor a la Inmaculada celebrará su fiesta.