Los dólmenes --mesas de piedra-- son monumentos megalíticos de carácter funerario formados por piedras grandes hincadas en tierra y dispuestas en planta poligonal, llamados ortostatos, sobre las cuales descansa otra --a modo de techo-- constituyendo así una cámara destinada a enterramiento. El conjunto está a veces cubierto por un túmulo.

Los dólmenes son, por tanto, monumentos funerarios donde los difuntos eran enterrados de forma individual o colectiva. El material empleado en su construcción depende del lugar donde el megalito fue levantado, predominando el granito, aunque hay zonas en que se pueden encontrar dólmenes realizados en pizarra u otro tipo de piedra. Como evolución del dolmen pueden considerarse el sepulcro del corredor o dolmen precedido por un pasillo dolménico (a los cuales pertenecen la mayoría de los existentes en la comarca de Valencia de Alcántara). Este tipo de dolmen no se haya más que en la península ibérica, Bretaña, Irlanda, Inglaterra y en el noroeste de Europa.

Todos estos monumentos o sepulturas megalíticas datan de los periodos del neolítico y eneolítico (de 3.000 a 5.000 años antes de Cristo) y constituyen, en realidad, las primeras muestras humanas de arquitectura.

En la península ibérica uno de los focos más importantes es Portugal y las zonas españolas próximas a dicho país, tales como Galicia, Extremadura y Andalucía, aunque se extiende por otras zonas del norte de España, llegando incluso hasta el País Vasco y los pirineos.

Por lo que respecta a dólmenes existentes en la comarca de Valencia de Alcántara, hay que considerar que esta zona es --precisamente-- uno de los focos más importantes del megalítico español. Existen en dicha comarca unos 48 dólmenes --gran parte de ellos abatidos o destruidos-- que al parecer datan en torno al IV y III milenio antes de Cristo. Pertenecen, por lo tanto, a los periodos neolítico y eneolítico (edad de cobre).

Dada la notable dispersión de estos monumentos funerarios y lo accidentado y escabroso de los lugares donde se encuentran algunos de ellos, no resulta fácil la localización y visita de los mismos y, aunque hay instalados postes indicadores de señalización en las zonas más atractivas y visitadas que cumplen con la finalidad de facilitar su acceso; existiendo --además-- diversas publicaciones de divulgación e información de indudable calidad y eficacia (de las cuales consideramos singularmente importante la publicada por el Ayuntamiento de Valencia de Alcántara, que en un folleto dirigido a los posibles visitantes, clasifica y organiza estos dólmenes por rutas geográficamente localizadas), los visitantes sin acompañamiento de guía o persona conocedora de estos parajes, encontrarán muchas dificultades para encontrar y acceder a muchos de estos dólmenes.

Mi principal pretensión es la de tratar de cooperar, de alguna manera, en la divulgación y conocimiento de estos monumentos megalíticos mediante la aportación de la necesaria clasificación, identificación y --sobre todo-- la consiguiente localización y acceso de aquellos dólmenes que nosotros consideramos más interesantes y atractivos al público en general.

Para ello, he realizado un modesto y sencillo trabajo en el que he clasificado 28 dólmenes en distintos puntos de la comarca. Con ello pretendo aportar mi granito de arena a esta particular actividad turística y de investigación, facilitando la difusión y los particulares medios de información y acceso a estas interesantes muestras del megalítico.

En resumen, este es mi modesto propósito: facilitar en lo posible el acceso a la contemplación de estas muestras históricas (al que corresponden estos monumentos megalíticos de carácter funerario) a todas aquellas personas que puedan estar interesadas en este particular y sugestivo tema.