La asociación Ecologistas en Acción de Granadilla considera que la berrea, la cual ha dado comienzo en estos días, es uno de los principales reclamos turísticos de la comarca que entronca con el turismo de naturaleza, y que aún está sin aprovechar. El colectivo ecologista ha manifestado así que puede incrementar la inversión en los alojamientos rurales y en el consumo de los productos de la comarca con modelos de desarrollo compatibles y respetuosos con el medio ambiente.

En esta época del año, finales de verano y comienzo del otoño, los ciervos machos inician la época de celo, que coincide con las primeras lluvias de la estación y la bajada de temperaturas. Este fenómeno estacional recibe el nombre de berrea porque los venados emiten un sonido gutural muy fuerte y estremecedor. Las horas de mayor apogeo son el amanecer y el atardecer, cuando el calor disminuye, momento en que aumenta la berrea entre los pinos y matorrales en el bosque de Granadilla, «resultando una experiencia única difícil de olvidar en los atardeceres tranquilos y frescos en las orillas del embalse de Gabriel y Galán».

Para Ecologistas en Acción, el turismo de naturaleza de la comarca está aún por explotar, desde excursiones en bicicleta, a caballo o a pie, o la construcción de miradores para la observación de la fauna. Desde estos mismos, explican, podría observarse una biodiversidad generosa con el turista de naturaleza comenzando por el lince y el lobo ibérico, buitre negro y leonado, águilas pescadoras, perdiceras, imperiales, reales, culebreras, calzadas, azores, búho real o mamíferos como el tejón, el meloncillo, el zorro, la gineta, la garduña, la nutria, el gato montés, el corzo, jabalí, y el ciervo así como, limitando con Las Hurdes, la cabra montés, lo que convierte el bosque de pinos de Granadilla en un rincón de importancia europea, para el disfrute y el ocio.