El velatorio se construyó a finales del 2005, pero los técnicos municipales siempre mostraron su disconformidad con la obra. A pesar de carecer de permisos la construcción siguió adelante a cargo de la empresa Alcaesar Funercoria SL. El alcalde, Joaquín Hurtado, por resolución de alcaldía concedió la licencia de apertura, a pesar de que el secretario del ayuntamiento, Julián Viera, se negara a conceder la autorización por considerarlo un delito de prevaricación. La falta de permisos sanitarios hizo que la Junta iniciara una investigación a primeros de enero lo que ha concluido con el cierre cautelar.