Iniciativas como el mercado medieval de Trujillo sirven, entre otras cosas, para que los artesanos puedan dar salida a los productos que elaboran. Es el caso de la orfebre trujillana Marta Paredes, que es la primera vez que participa en este mercado medieval, que se clausura hoy. "Creo que es una buena fórmula para dar a conocer lo que hacemos y deberían participar más trujillanos, ya que sólo estamos dos", afirma Paredes. Además de exponer pendientes, broches y alfileres, esta artesana desarrolla "talleres con niños y mayores para que aprendan a elaborar, por ejemplo, una pulsera o un anillo".

Pero no es la única que realiza exhibiciones en vivo en la plaza Mayor durante el mercado medieval. El alfarero José Fernando Bermejo, natural de Salvatierra de Barros, desde el viernes y hasta hoy, muestra cómo se fabrican distintos objetos en barro. "Con ello pretendo que vean que todo lo que expongo lo hago yo. Así se valora más el trabajo de artesano". Este alfarero también optó por el mercado medieval para dar salida a su trabajo porque "para nosotros es la mejor fórmula, la venta directa".

De la misma opinión es el boliviano Juan Villarroel, que fabrica quemadores de incienso, o de Mateo Carrasco, que ha participado en las cuatro ediciones del mercado medieval de Trujillo ofreciendo plantas medicinales.

El mejor día

Y mientras el casi centenar de artesanos que participan estos días en el mercado intenta hacer su agosto , los visitantes primero observan, y luego compran y degustan los distintos productos gastronómicos. "3Yo creo que hoy es el mejor día para la venta", asegura Marta Paredes.

Los pequeños, por su parte, se divierten con los distintos juegos y actividades que se han programado de forma paralela.