Aunque los pasajeros utilizan desde hace una semana la nueva estación de autobuses de Casar de Cáceres, fue ayer cuando el consejero de Infraestructuras y Desarrollo Tecnológico, Luis Millán Vázquez de Miguel, inauguró oficialmente estas instalaciones, diseñadas por el arquitecto extremeño Justa García Rubio, y que, según el responsable regional, son un referente de la arquitectura moderna en el país.

El consejero estuvo acompañado por el alcalde, Juan Andrés Tovar, el subdelegado del Gobierno, Fernando Solís, miembros de la corporación municipal y numerosos vecinos. Una ausencia destacada fue la del arquitecto, aunque Tovar restó importancia a este hecho y señaló que estaba "en un viaje ineludible".

Preguntado por el posible malestar de García Rubio por algunas modificaciones realizadas en su proyecto, el alcalde reconoció que se habían hecho algunos cambios "al final de la obra, por aligerarla, pero sin ningún tipo de importancia". No obstante, anunció que la Junta incluirá en los próximos presupuestos algunas propuestas que ha hecho el arquitecto, como cambios en la iluminación "y alguna otra pequeña cosa que el consejero se ha comprometido a corregir o a aumentar, dependiendo de lo que se trate", dijo.

El alcalde se mostró "orgulloso" de que la localidad cuente con una estación moderna y singular, que "está dando la vuelta al mundo" y que contribuirá a la promoción de Casar.

La nueva estación, totalmente accesible, es de hormigo visto --algunos vecinos la denominan la patata frita por su forma ondulada--, tiene una cafetería de madera y sala de espera en una planta y dos aseos y una cocina en el sótano. Las instalaciones, en las que se han invertido 667.343 euros, cuentan con amplias cristaleras y con dos dársenas, que según Tovar, pisarán una media anual de 70.000 viajeros que hacen la ruta Casar-Cáceres y viceversa.

TRES AÑOS DE OBRAS El alcalde también reconoció su satisfacción y la de los vecinos por ver culminada una obra que se ha prolongado durante tres años debido a problemas de carácter técnico y por cambios de legislación. Además, se congratuló de contar con un servicio "imprescindible" para una población de 5.000 habitantes y por no tener que volver a utilizar las antiguas marquesinas a la intemperie.