Tomás e Isabel dicen que Luna aún mantiene las distancias y le cuesta aceptar una caricia. Tiene dos años y hace unas semanas trajo al mundo a cuatro cachorros. "Todo habría sido distinto si no hubiéramos impedido que la mataran", confiesa este matrimonio, que acoge en su casa de Navalmoral a 40 perros y 50 gatos abandonados por sus dueños.

Luna y sus cachorros forman parte ya de esta gran familia, que empezó a aumentar hace 14 años cuando la pareja encontró a Chiqui , un caniche que había sido maltratado por sus dueños. "Desde ese momento empezamos a idolatrar a los animales y poco a poco la casa se fue amoldando para recibir cada día a un nuevo inquilino". Hasta llegar a casi 100 mascotas entre perros y gatos, que desmienten las leyendas sobre su mala relación, conviviendo juntos en un espacio de unos 80 metros cuadrados.

Pero los trabajos de Tomás e Isabel no están bien vistos por todos. Los únicos que lo aprueban son los parientes y amigos más cercanos y sus dos hijos, que todos los días se pasan por la casa de sus padres para visitar a los animales.

Sin embargo, sus vecinos no entienden el cariño que la pareja reparte entre las mascotas. "Incluso han llegado a llamar a la policía para que nos impida cuidar de estos seres inofensivos que la gente deja tirados cuando se aburren de ellos".

Isabel asegura que hay días que no da a basto entre limpiar la casa y atender a los animales, que no la dejan "ni a sol ni a sombra". En todo momento van tras ella y la dan las gracias "a su manera", por eso saca las fuerzas de donde puede y lo único que pide es que ahora que la gente comienza a irse de vacaciones "no abandonen a los animales para despreocuparse de sus cuidados".