Los fines de semana son excepcionales para Cedillo. Los vecinos de este municipio, así como los de los pueblos de alrededor, tienen la oportunidad los sábados y domingos de trasladarse a Portugal por el camino más corto. La ausencia de una carretera en línea recta que cruce la frontera ha hecho que la central de energía eléctrica que se encuentra en el punto intermedio entre extremeños y portugueses sea el único medio por donde comunicarse. El milagro de ir de Cedillo a Malpica da Tajo (Portugal) y viceversa en un corto espacio de tiempo y sin tener que rodear largas carreteras es posible gracias a Iberdrola.

Desde 1994

Responsables de la central se encargan de abrir las puertas cada fin de semana para permitir el paso de vehículos. Una de las condiciones de Iberdrola es que los vecinos nunca pueden pasar a pie. "Siempre que vayan a cruzar por la central deben ir en coche y no pararse", comentó ayer el alcalde de Cedillo, Antonio González.

Hace 11 años que el ayuntamiento e Iberdrola llegaron a un acuerdo para que las puertas de la central estuvieran abiertas todos los sábados desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche. Una segunda petición del ayuntamiento convenció a los responsables de Iberdrola para que ampliaran el horario hasta las diez de la noche del domingo y así se hace actualmente.

No obstante, la reivindicación de una carretera directa que cruce la frontera no cesa. "Lo ideal sería que hicieran una carretera en línea recta de 12 kilómetros que es lo que nos separa de la zona portuguesa", afirmó el alcalde. De hecho, la falta de esta vía hace que los vecinos de Cedillo tengan que hacer 120 kilómetros para llegar a terreno portugués de lunes a viernes. El gesto solidario de Iberdrola de permitir el paso de personas el fin de semana por terreno de su propiedad hace que sea más tranquila la espera de esa carretera tan demandada y que no llega.