"Los fumadores empezamos a estar mal vistos", asegura Belén, que a sus 54 años ha tomado la decisión de dejar de fumar poco a poco, gracias al programa de abandono tabáquico que ha organizado el Ayuntamiento de Navalmoral.

"Encendí el primer cigarrillo cuando era una adolescente para estar a la moda". Belén recuerda que cuando comenzó a fumar el hábito era un símbolo de modernidad, pero hoy en día, los fumadores están "apartados de la sociedad, con espacios reservados para que no molesten al resto".

La terapia comenzó la semana pasada con un grupo reducido de 15 personas, aunque la demanda "ha sido mucho mayor", según fuentes municipales. El único requisito que se pedía para participar era tener más de 18 años y tener tomada la decisión de dejarlo "de manera firme y sin dudas", aseguran desde la organización.

Cristina Márquez es psicóloga y una de las coordinadoras de este programa. "En algunos casos, más que adición es un problema emocional", dice la profesional, que piensa que hay que elegir el momento adecuado para dejar de fumar: "La gente decide abandonar la adición en épocas de su vida que no son las más idóneas para ello, como en períodos de crisis sentimentales, depresión o estrés".

A lo largo de diez sesiones el programa intentará que todos los participantes vayan controlando su ansiedad y aprendan a evitar determinadas situaciones en las que se les hace inevitable encender un cigarro.

Para conseguirlo se llevarán a cabo tres fases, una inicial de consolidación, otra intermedia de deshabituación, y una última de prevención de recaída. Belén afirma que dejarlo es fácil, "sólo hay que estar dispuesto a hacerlo", asegura.