La falta de lluvias no está afectando solamente a los suministros de agua de varias poblaciones de La Vera y el Valle del Jerte. Los árboles frutales y silvestres, como el roble y el castaño, también están acusando, cada día más, la ausencia de lluvias de los últimos veinte meses.

El efecto se deja notar de forma destacada en las fincas y las laderas de los montes donde crece este tipo de arbolado, apareciendo en el paisaje zonas con las hojas totalmente secas, en vez de con la frondosidad típica de los robledales verato-jerteños.

Los frutales, que se encuentran fuera de las zonas de riego, y no son abastecidos de agua por sus propietarios a través de cualquier otro procedimiento, están con el follaje arrugado, mientras el olivar pierde sus frutos y las castañas no engordan.