Unos 200 ganaderos se concentraron ayer a las puertas de la oficina veterinaria de Coria para expresar su rechazo a la prohibición impuesta por la Junta al movimiento de explotaciones de ganado como consecuencia de la aparición de un brote de brucelosis.

Angel García, presidente de Asaja Extremadura, explicó que la Administración regional "debe saber que muchas familias se están arruinando", y añadió que un total de 1.257 ganaderías de 16 municipios del norte de la provincia sufren las medidas aplicadas por la Junta y subrayó que, tras mantener una reunión con el consejero de Agricultura, "nuestras peticiones han sido desatendidas casi todas".

Cándida Fuentes, ganadera de Pozuelo, dijo, por su parte, que no puede seguir así sin mover su ganado, porque "el que se muere es nuestro bolsillo".

PETICIONES Asaja Extremadura pide que se permita el movimiento de explotaciones limpias fuera del foco y el de animales vacunados; que se solucionen los casos de ganadería selecta; que se saquen los terneros a partir del 1 de enero del 2004 a cebaderos fuera del foco, y que se consulte la normativa antes de sacarla a los ganaderos.

Exigen también que se indemnice con 180 euros adicionales por cada animal positivo detectado dentro del foco y la misma cantidad por cada aborto sufrido por las vacas. Asaja estima unas pérdidas económicas de 12 millones de euros en la zona.