Forma parte de la comarca de Sierra de Gata, a la que da su nombre. Se sitúa en un entorno de robles y pinares, junto a castaños, encinas, madroñeras en la sierra de las Jañonas, bañada por las aguas de la rivera de Gata y el arroyo de San Blas. En sus laderas aún se conservan los bancales donde se cultiva la vid y el olivo de donde se extrae oro líquido , un aceite exquisito que cuenta con la denominación de origen Gata-Hurdes. Junto a estos pequeños huertos familiares se extiende un manto de matorrales de brezo, jaras y cantuesos.

La riqueza de la Villa de Gata se pone de manifiesto con la declaración, por parte de la Junta de Extremadura, de bien de interés cultural con categoría de conjunto histórico, que se produjo en 1994. Este urbanismo se caracteriza por casas altas, de dos y tres pisos, construidas con piedra y argamasa oscura que conservan los voladizos de madera y los dinteles de granito en puertas y ventanas. Sus calles están hechas también con empedrados de granito y cantos rodados por donde corre el agua que refresca las calles. De esa arquitectura popular destacamos el ayuntamiento, muy renovado, que conserva en cambio un porche con cinco arcos de medio punto que se sujetan pilastras cuadradas de granito. Destaca en la plaza de órdenes la que debió ser sede de la Orden de Alcántara, en la calle Campito un elegante palacete o la Fuente del Chorro que conserva el escudo de Carlos I, con el águila mirando al lado contrario.

De la arquitectura religiosa sobresale la iglesia parroquial de San Pedro, el monumento más importante de esta villa de la que sobresale una alta torre desde la que se puede observar buena parte de la comarca. En el interior destacan sus retablos barrocos o su retablo mayor con relieves de los evangelistas y pinturas de los padres de la Iglesia Occidental. Además de la iglesia, se conservan dos ermitas: la del Cristo del Humilladero y la de San Blas. Otro edificio es el monasterio de Nuestra Señora de Monteceli, más conocido como monasterio del Hoyo, por estar situado en el paraje del mismo nombre. De su arquitectura militar queda la torre de almenara de lo que fue una fortaleza árabe conquistada en el siglo XIII por Alfonso IX de León.

Gata es hoy, junto al resto de localidades de la comarca, un destino turístico muy deseado; el nacimiento de casas rurales, pequeños hoteles, camping... lo ponen de manifiesto. Es un lugar perfecto para practicar el senderismo y huir del calor en la época estival, mientras se visitan parajes como las torres de Fernán Centeno, el Jálama o la Cervigona. Una tierra con encanto abierta a todos.