Genara Bermejo nació en la localidad cacereña de Tornavacas el día 7 de octubre de 1930. Durante toda su vida trabajó en el campo, ya que su padre fue guarda de una finca en Malpartida de Plasencia, lo que le permitió "crecer escuchando el arrullo de tórtolas y palomas, que es algo realmente bonito". A los seis años su madre le enseña a hacer calcetas, y a los 21 contrae matrimonio con un joven de Jaraíz de la Vera, que la llevará con él a cultivar tabaco y pimiento. Todos estos avatares, impiden a nuestra protagonista ir a la escuela, y por tanto aprender a leer y escribir.

--¿Cuándo aprende realmente a leer y a escribir?

--Hace unos cinco años, aproximadamente. Al fallecer mi marido, una profesora íntima amiga mía, me enseñó, aunque en gran medida lo hice sola llenando numerosos cuadernos de caligrafía. Lo hice porque mi gran ilusión de toda la vida, desde pequeña, era saber leer y escribir.

--Pero ahí no queda la cosa ya que paralelamente se enfrenta a las nuevas tecnologías...

--Gracias a La Caixa, que montó un ciberaula en la Residencia de Mayores de Jaraíz. Fuí la primera que se sentó delante del ordenador. Desde entonces no he perdido ni un curso, hasta el punto de que ya hago todos mis trabajos a través de internet.

--Hay que aclarar que esos trabajos son literarios...

--Sí, sí, escribo poesía y últimamente relato, debido a que esta modalidad me permite extenderme más y expresarme mejor.

--¿Ha ganado algún concurso?

--El año pasado quedé la primera, con un trabajo dedicado a mí difunto marido, en el certamen de poemas de amor que convocó la Asociación Cultural de Mujeres de Jarandilla. Yo me presento a todos los concursos que puedo.

--Ahora que sabe leer y escribir, ¿cuál es su meta?

--Publicar un libro de poesías y relatos. Tengo que lograrlo como sea. La cosa es envejecer lentamente y buscar el lado positivo de la vida, aunque a veces te dé grandes reveses, como cuando se me murió un nieto de 16 años, que me partió el alma.

-¿Vive en la residencia?

--No, tengo tres hijos y vivo en mi casa. A la residencia vengo a la ciberaula. También pertenezco a la Asociación Cálamus y asisto a los talleres literarios de la universidad popular.