Geográficamente se sitúa en el área más oriental de sierra de Gata, limita con tierras hurdanas y es un valle bañado por el Tralgas. Es una zona de grandes extensiones de olivos, y aunque están menos extendidas, aún es posible ver algún que otro campo de viñas y tierras dedicadas al cultivo de cereales.

Hernán Pérez comprende una gran extensión de terreno entre las sierras de los Angeles y el Moro. La localidad tomó su nombre hace siglos, procediendo su nomenclatura de uno de los maestres de la orden de Alcántara, Fernán Pérez (siglo XIII).

En sus alrededores se han encontrado numerosos vestigios prehistóricos, de gran riqueza minera, como los dólmenes pertenecientes a una necrópolis megalítica y estelas, así como tesoros romanos que han permitido concentrar una importante colección arqueológica.

Además, posee dos notables muestras de arquitectura religiosa: Una de ellas es la iglesia de Santa María Magdalena, del siglo XVI, y la ermita del Cristo de la Paz que data del siglo XVIII. La primera es de mampostería y está reforzada con sillería en las esquinas y estribos; en ella resalta desde la parte externa las sólidas dimensiones de la nave de planta rectangular. Se accede a la misma por dos portadas y en su discreto retablo clasicista resaltan algunas efigies como la de santa Prudenciana, muy venerada.

PULPITO DE PIEDRA

Igualmente, hay que destacar, por su belleza, el púlpito de piedra cilíndrico y la pila bautismal decorada con arquillos, ambos pertenecientes al siglo XVI; el Crucificado de madera que se encuentra en la sacristía y las piezas de platería, como el cáliz renacentista datado en 1586, la custodia del siglo XVII y una píxide de 1540, también son resaltables.

El otro edificio religioso, ya mencionado, es la ermita, realizada en mampostería de pizarra y de una única nave. La imagen del Cristo preside el presbiterio, escoltado por un san Sebastián del siglo XVIII, y la Virgen con el Niño del siglo XVI.

Como muchos de los pueblos de sierra de Gata, además de ofrecer unos excelentes paisajes y apreciados productos como el aceite, la miel o el vino, Hernán Pérez invita a disfrutar de sus aguas naturales, al contar con una piscina natural en las aguas del río Arrago, a unos 3 kilómetros de la localidad que cuenta con merendero y barbacoas.

En este microclima agradable son importantes los enclaves del buitre, en el valle del Arrago, la presencia de la cigüeña negra y los escasos nidos de águila real. El cercano embalse de Borbollón, encantador largo donde las agua manaban a borbollones, es el punto de invernada y nidificación de gran número de aves.